Conexiones

miércoles, 20 de agosto de 2014

Conexiones

Se suele confundir el amor con la posesión, ya que si hay algo exterior a nosotros que nos llena es porque carecemos del mismo ¿Y es acaso eso amor? ¿Qué hace que un ser humano no quiera ver el final de una relación si no es el hecho de tener la esperanza de que algo que muestre, haga o diga pueda hacer cambiar la opinión de su pareja? Y se agarran al clavo que arde despellejando su dignidad, su respeto, esperando que el otro sepa ver cuánto se sacrifica y cuán bajo puede caer por esa persona... 
El amor no es eso.
Se cree que por muy bueno que uno sea el otro ha de quererlo con locura, ¿por qué no, si no hay nadie en el mundo más complaciente, atento y servicial? Y se pretende comprar el amor del otro con la bondad  (egoísmo.). Y el otro, que muchas veces se da cuenta de este comercio, o se deja comprar (interés) o se aleja aún más.
El amor no tiene razones. Está lleno de fórmulas diferentes para cada persona que deben encajar.
Empieza a amarte a ti mismo, a quererte, a mimarte y sobre todo a respetarte y empezarás a atraer a personas afines a este amor y respeto. 
Si te falta y lo buscas fuera, solo encontrarás personas que hagan validar tu falta de amor y respeto.
Si tienes dudas sobre tu relación, pregúntate ¿Estoy a gusto en la actualidad con mi relación? ¿Estoy creciendo como persona o restando? No vale pensar en los buenos tiempos (pasado) ni en la posibilidad de mejora (futuro) porque pertenecen al mundo de la ilusión, ya que no existen,  las preguntas son en presente.
Si eres sincero ahí tendrás la respuesta.