Fui creado como extensión del amor de
mi creador, y fui como él mismo.
En mi deseo de emular a mi
creador pensé en si sería posible crear
sin él. De inmediato tomé cuenta de que ello era rechazar a mi padre como
creador, y que el rechazo pudiera implicar castigo por su parte; el castigo se
vistió de temor ensombreciendo mi pensamiento, mas entendí la imposibilidad de ello ya que yo era la
razón del amor de mi creador, Él que lo sustentaba todo en su propio ser.
Todas estas elucubraciones
tuvieron un efecto.
En mi pensar sobre la creación el
pensamiento cristalizó y creó el espacio y el tiempo, y resultó una vertiginosa
variedad de formas que se sustentaban en todo tipo de leyes comportando un reflejo holográfico de mi ser.
En el momento en que rechacé a mi
creador y proclamé la autoría de mi creación proyecté la dualidad ocasionada de
este pensar.
El pensamiento de castigo se
personalizó como una directriz llamada Ego, con el fin de no ser encontrado por
mi creador parte de mí se proyectó en mis creaciones y le di la llave del
olvido de quién era yo.
Mas recordé quién era mi creador
y me mantengo en la dicha de su ser que me sustenta a mí y a mis creaciones,
pero por un momento una parte de mí estuvo atrapado en ese universo, se dividió dando
vida a todo lo que lo sustentaba y el guardián que coloqué se autoproclamó
regente, quedaron atrapados, y para volver tuvieron que recordar quiénes eran y
dónde se hallaban, tuvieron que volver a ser y salieron volviendo a mí y completarme.
Pequeña chispa de mi ser, si
ahora estás leyendo esto es porque has tomado conciencia del momento y lugar en
el que te encuentras, ya volviste a mí porque yo me encuentro fuera de las
leyes de toda esta creación en la que te hayas, y como tú los demás también se
encuentran en iguales condiciones, ahorra tiempo y vuelve, busca a mis otras
partes que son tú mismamente, salid de esa historia falsa en la que os encontráis,
buscadme en los otros y recordad y
comportaros como quiénes sois: Amor.