Conexiones

jueves, 12 de febrero de 2015

Los tres pasos para el perdón

1. Tienes que dejar de reaccionar ante el mundo, lo cual lo hace real.
    Tienes que dejar de pensar con el ego.
    Presta atención a tus sentimientos y también tus pensamientos. Lo más probable es que reacciones en función de estos últimos. Sin embargo, tus sentimientos son resultado de tus pensamientos.
    Una vez que dejas de pensar con el ego, puedes empezar a pensar con el Espíritu Santo, y ése será el instante Santo.
El ego se encarga de que tus juicios y reacciones hagan real tu situación. 
Date cuenta de que hace culpables a los demás para no culparse a sí mismo (tú).
Pero en realidad tampoco está en ti porque el concepto de culpa fue fabricado por el ego para hacerla real (la ancestral culpa de la separación de Dios). 

2. Date cuenta que el ego ha fabricado toda esta historia y de que lo que ves no es verdad. Solo existe una proyección de un universo de tiempo y espacio.
De modo que tú no eres víctima de él.
Sólo hay poder cuando te sitúas en la causa.

3. Cambia tu manera de pensar respecto a la situación. Pasa por alto el cuerpo y elige pensar en términos del espíritu. Dejas de hacerlo real y mira más allá del velo que cubre la verdad, que es inocencia por todas partes. Nadie es culpable, tampoco tú. Todo es liberado al Espíritu Santo en paz.
Te acostumbras tanto a la idea de que el mundo surge de ti, en vez de venir sobre ti que cada vez te cuesta más reaccionar ante él como solías hacerlo (con el ego).
Ahora el perdón está justificado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario