Conexiones

domingo, 30 de agosto de 2015

Relaciones

Tener una persona con la que desahogarse sin utilizarla como basurero es una maravilla, ya que da la oportunidad de poner palabras a lo que llevamos dentro, y es que al verbalizar podemos escuchar nuestro diálogo interno desde otros oídos, podemos observar nuestro discurso con otra perspectiva e incluso, a veces, se relativiza. Pero si además, esa persona tiene la capacidad de ofrecer otros puntos de vista (sin convertirse en eco de nuestras palabras), entonces es el éxtasis. Pues la oportunidad de observar con otros ojos aquello que llevas dentro te puede aportar soluciones que no habías visto por hallarte sumergido en el lodazal de la mente. 
Ofrecer otros puntos de vista no es sinónimo de obligar a otros a que los siga, ya se sabe que cada uno es libre de revolcarse en el lodo tanto como desee, pero por lo menos el lugar estará más iluminado.
Relacionarse con otra persona de esta forma no sólo es un alivio para el que se desahoga si no un aprendizaje para el que escucha, ya que en la interacción con el otro aprendemos de sus ejemplos, aprendemos a escuchar y aprendemos a ofrecer.
Algunas personas llaman a esto amistad.



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